3. y regala al mar una miríada de centelleantes reflejos dorados con el calor de sus postreros rayos.
4. Los barcos anclados en el crepúsculo tardío parecen esperar a alguien; después, una vez cubiertos por la oscuridad de la noche, permanecen abandonados y solos hasta el siguiente día.
5. Cuando es noche se tiene la impresión de que el murmullo acompasado del mar fuera el mundo que respira; es el momento enternecedor en que surgen deseos de acariciarlo, como si fuera una criatura que duerme serena.
6. El alba se anuncia con una explosión de luz y calor: los rayos del sol naciente disminuyen la oscuridad y ahuyentan las nubes, despejando todo.
7. Pareciera que el mar, el mar perenne, se quitara su cubierta añosa para renacer cada nuevo día, ola tras ola, en constante renovación, permaneciendo así eternamente joven.
8. Ningún poeta ha conseguido jamás aprisionar el mar en sus versos: alcanzar el azul de sus aguas no sirve, el mar escapa, cancela todo, se retira y se aleja.
9. Las olas se dispersan en la playa adornando sus bordes con suave espuma blanca, bordada con la delicadeza de una puntilla de encaje.
10. La ola es un todo que llega para retraerse inmediatamente, sin recuerdos, siempre libre y en movimiento.
12. En las cálidas jornadas de junio nuestras playas volverán a verse concurridas, no sólo en busca de distracción o de frescura, sino también para contemplar
13. ese punto lejano imposible de tantear, que se delinea como límite entre la inmensidad del mar y el cielo infinito.
14. La espuma ligera que besa la orilla es una mezcla de espacio y tiempo: fragmentos de inmensidad e instantes de infinito.
15. Para todos, los augurios de un buen mes de Junio, siempre nuevo y pleno de esperanzas que puedan regenerarse incesantemente, frescas como las aguas del mar. Texto: “El Mar” de Gina Fazi Trabajo Gráfico: GiEffebis@alice.it Español: mussonor@gmail.com